lunes, 22 de agosto de 2011

grecorromanos


  • Filosofía grecorromana
  • Rome, Italy - Colliseum - Blakeway, James

  Dentro de la historia de la filosofía occidental, el período que abarca desde el siglo I a.C. hasta el V d.C. podría dividirse en dos grandes líneas, la primera de orientación eclétctica y la segunda que se hace cargo de las aspiraciones religiosas del Imperio.
Si bien, las divisiones a menudo resultan forzadas porque tanto el ecleticismo como la religiosidad son aspectos muy presentes a lo largo de estos siglos, podría observarse que el primero de ellos es más claro al principio mientras que hacia al final, se impone claramente el segundo.
En términos generales, la filosofía adquiere características típicamente romanas: se vuelve más práctica, orientada a la vida y a la acción. EL eclecticismo es también un rasgo romano, aunque por otra parte, el agotamiento de las disputas entre las diferentes escuelas, comienza a ponerse en evidencia. Podría decirse que el romano busca lo que une, propicia la asimilación y valora el "consentimiento universal de todos los hombres".

Eclecticismo

La Academia Platónica
A partir de Antíoco de Ascalón (68 a.C.) abandona el escepticismo puesto que afirma que es posible entoncontrar la verdad a través de la coincidencia de las opiniones de los grandes filósofos, lo cual se traduce en un evidente eclecticismo.
El Liceo Aristotélico
Además de publicar y comentar la obra de Aristóteles, asimiló las diversas doctrinas desarrolladas por el estoicismo. Los útlimos miembros de Liceo continuaron en la misma línea o fueron absorbidos por el 
Stoa
La escuela más influyente de Roma caracterizada por su cosmopolitismo y su doctrina del orden racional del universo, las cuales conformaban una base ideológica útil al Imperio.
Los estoicos adoptaron algunas de sus doctrinas al nuevo cotnexto: el "sabio" se convirtió no solo en un hombre sobrio y autárquico sino en alguien que no desprecia la acción ni la inbervención política.
El el estoicismo medio se destacan figuras como Panecio de Rodas, quien fuera maestro de  y  que ejerció una gran influencia en el pensamiento romano. En Posidonio apareace la orientación religiosa que se irá imponiendo lentamente: entre la Divinidad Suprema y el hombre se sitúa una jerarquía de dioses inferiroes y demonios que permiten concebir el Universo como un todo contínuo y jerarquizado.
Estoicismo romano
(Séneca, Musonio Rufo, Epíceto, Marco Aurelio)
No son autores sistemáticos ni teóricos sino moralistas prácticos que recomiendan la sobriedad, el sometimiento al destino, la benevolencia universal, la adoración y la obediencia de Dios:
"Ama a la humanidad, sigue a Dios" Marco Aurelio
Epicureísmo
Si bien debió ser bastante influyente, sus ataques a la religión oficial, a los nuevos cultos orientales y a la idea de "faltalidad universal" fue muy perseguido.

Orientación Místico Religiosa

Las inquietudes religiosas del momento son absrbidas por esta línea filosófica produciendose un resurgimento del platonismo y el pitagorismo. De esta forma, el racionalismo y el misticismo confluyen en la reflexión filosófica. El "sabio" puramente teórico e independiente frente a la sociedad y el mundo, muta hacia un "sabio" místico-contemplatitivo que acepta su dependencia (re-ligar = religión) de la Divinidad Trascendente.

Plotino (205-270)

El neoplatonismo fue fundado por , en efecto, este pensador presenta su enseñanza como un comentario a las obras de Platón, sin embargo, irá más allá de ello. , más místico que filósofo parte de la contemplación mística de Dios al que llama "Uno" y luego intentará, valiéndose del platonismo, esclarecer el éxtasis de la contemplación. "El espíritu tiene la temeridad de separase en alguna forma del Uno" Plotino.
El "Uno" es absolutamente trascendente porque se encuentra más allá del ser y de la subtancia y por lo tanto también más allá de la muerte y de la ciencia. Es además, infefable e incomprensible. Plotino inicia lo que más tarde recibiría el nombre de "teología negativa": nada puede saberse a cerca de "Uno", ni nada puede predicarse de él: ni el ser, ni el pensamiento, ni la substancia, ni la voluntad, ni la acción.

Panteísmo emanatista

Todo procede del "Uno" pot uns emanación que no altera al "Uno" (es inalterable). Pero la "emanación" no es una creación en el sentido estricto (al menos no en el sentido cristiano) ni tampoco refiere a un pateísmo a secas porque el Uno no es el Todo.

Primera emanación: la inteligencia

La primera emanación del Uno es la Inteligencia, que ya no es una unidad perfecta sino una díada puesto que distingue entre sujeto y objeto. Conoce al Uno y se conoce a sí mismo, así puede conocer a todas las cosas pero no en una sola idea sino en una multiplicidad de ideas. Se ve claramente la influencia platónica. Incluso Plotino lo compara con el Demiurgo Platónico (auque también recuerda al dios de Aristóteles que es "pensamiento del pensamiento")

Segunda emanación: El alma del mundo

El Alma del Mundo emana de la inteligencia y es un puente entre el mundo inteligible y el sensible. Si bien conoce la s ideas de la inteligencia (quenque no al Uno), por el otro, contiene las razones de todas las cosas. De ella proceden todas las almas y todas las formas de los seres sensibles. Se advierte la influencia estoica: ella gobierna como Providencia el mundo corpóreo. Este, es concebido como un enorme animal en el cual todos los seres vivientes poseen un alma y el todo está animado por el alma del mundo que es armónico y bello.

Tercera emanación: la materia

Se contrapone el Uno=Luz a la Materia=Oscuridad. La materia es lo contrario al Uno. Pero iluminada por la forma, es el substrato de todos los seres corporeos (influencia de la teoría hilemorfista aristotélica).
Para Plotino, la materia es el principio del mal (influencia orfista y pitagórica) sin que por esto llegue a despreciar el mundo corpóreo. Porque éste, gracias a la forma y al Alma del mundo, es algo bueno en su conjunto.



EL ORIGEN DE LA CULTURA OCCIDENTAL 
EL MUNDO GRECORROMANO 
Joaquín Fernández Pérez 
Aunque el origen de nuestra cultura occidental se puede remontar a épocas 
anteriores a Grecia y la misma cultura griega bebió en fuentes más antiguas 
pertenecientes a otras civilizaciones, se tiene que reconocer que el origen del 
conjunto de hechos, escritos, modos de pensar e interpretar y hasta  el modo 
de enfrentarse a los problemas de la naturaleza se encuentra vinculado a lo 
que llamamos mundo grecorromano. Una mezcla formada por la más antigua 
cultura occidental, que se remonta al siglo VI antes de nuestra era, y la que 
correspondió al mundo romano, también helenista. Los romanos cultos se 
expresaban en griego y aunque el latín es una nueva lengua que se habló en 
toda la cuenca mediterránea y en lugares más remotos, el griego prevaleció 
como lengua culta en la literatura y en el conocimiento científico y técnico. 
Las influencias posteriores de otras culturas de otros continentes no han 
alterado nuestra cultura, lo cual no quiere decir que con el tiempo cambien las 
cosas. Pero además, hasta hoy, la cultura occidental se ha ido imponiendo, a 
veces por la fuerza y en otras ocasiones por influencias comerciales, en otros 
continentes. Hay muchos pueblos que conservan algunos rasgos de sus 
culturas primigenias, alejadas de la cultura occidental y hay otros muchos en 
los que se ha constituido una amalgama de culturas. En muchos casos y, sobre 
todo, en la ciencia la cultura occidental es preponderante y es la que ha 
marcado como hacer las cosas y tiene una influencia innegable en las 
restantes. Todo esto justifica el que se le de una importancia mayor que a otras 
culturas, como la india o la china, que no dejan de ser por ello importantes en 
otros contextos distintos al de la ciencia. El conocimiento científico tiene sus 
raíces en el mundo grecorromano. El modo de pensar y de analizar los hechos 
también. 
A pesar de lo dicho gran parte del mundo griego se fundó en sus ciudades 
asiáticas, situadas en la costa occidental y meridional de la actual Turquía, 
aunque al transcurrir el tiempo pasaría a tener preponderancia la península 
griega y, sobre todo, la ciudad de Atenas o el extremo de la península itálica 
que constituyó la Magna Grecia. Los griegos fundaron colonias, muchas de 
ellas comerciales, por muchos lugares de la costa mediterránea  y llegaron a 
ser un pueblo emprendedor y sabio. 
Algunos han señalado que el surgimiento de Grecia, como conjunto de 
ciudades relacionadas con una lengua y una cultura común, constituyó un 
hecho sorprendente en la historia. No han existido muchos pueblos con su 
pujanza económica o con su espectacular desarrollo en las artes y en la 
ciencia. Sarton el responsable de los inicios y brillante desarrollo de la historia 
de la ciencia señala que la denominación de “milagro griego”, sin reflejar hecho 
sobrenatural alguno, expresa una condición insólita en la historia de nuestra 
cultura, que sigue dejándonos perplejo por ser difícil de explicar. Es por ello ii
que la cultura griega triunfa de manera sorprendente, no solo en la cuenca 
mediterránea y algunos lugares asiáticos, sino que llega en su expansión 
posterior a configurar en gran medida la base de nuestro mundo occidental. 
Mundo, que por ahora y con toda probabilidad para siempre, es único para la 
ciencia. Hay diversas explicaciones para explicar este hecho. Unos señalan la 
sociedad innovadora que representan los griegos sobe otras sociedades más 
conservadoras, otros, los historiadores de la tecnología, señalan la importancia 
que tuvo el dominio de la metalurgia del hierro, cuyo primer desarrollo se debe  
a los Hititas, pero que el esplendor lo alcanzan las ferrerías griegas, otros han 
señalado el éxito en la difusión de los cultivos mediterráneos (cereales, olivo y 
vid) y la creación de zonas adehesadas para el ganado extensivo, otros han 
defendido como causa de este éxito el espíritu comercial y por fin otros creen 
que la explicación reside en la tolerancia y un sistema de gobierno democrático 
que se llegó a consolidar en muchas ciudades griegas. Esto último hubiera 
permitido el desarrollo de nuevas ideas, siempre imprescindibles para el 
desarrollo económico y social de los pueblos y sus culturas. Es muy probable 
que se puedan exponer otras muchas causas y que ninguna de ellas sea la 
única, sino más bien la suma de todas ellas, que confluyen en un momento 
determinado con la idea de pueblo con historia y una lengua común vertida en 
numerosos escritos históricos y literarios. La solidez del pensamiento griego es 
una buena prueba de su pujanza económica y el éxito de sus estructuras de 
gobierno y de relación entre los ciudadanos y sus gobernantes. 
Como aquí lo que nos interesa es lo que concierne al conocimiento científico, 
aunque haremos alusión a otros aspectos de la cultura, repasaremos algunas 
de los más importantes testimonios que nos han llegado de los sabios griegos y 
que configuraron algunos hitos de la forma de pensar en ciencia de una 
sorprendente originalidad y profundidad. Representan la base de nuestro 
pensamiento occidental,  a pesar de que la única interpretación posible es la 
que podemos hacer con nuestro actual conocimiento de estos asuntos 
científicos. 
Tales de Mileto (circa 624 -548-545 Axto), el primer científico griego que 
conocemos por su nombre, es un buen ejemplo de algunos comportamientos 
científicos que han perdurado hasta nuestros días. Como otros filósofos (de 
filos = amante y sofos = saber, amante del saber) griegos presocráticos sólo 
tenemos unos pocos testimonios de otros escritores y filósofos griegos 
posteriores. Todos reconocen que fue uno de los sabios de Grecia y además 
siempre lo sitúan en el primer lugar para distinguirlo del resto. Este hecho 
muestra la predilección por este gran científico de la antigüedad clásica. Este 
conocimiento parcial, al no contar con escritos suficientes y menos con una 
obra completa de referencia, ha creado serios problemas para valorar la 
contribución de Tales o de estos primeros filósofos, pero no ha impedido que 
podamos comprobar el alcance y la importancia de esos escasos testimonios 
de su quehacer científico.  
En el caso de Tales hay cierta leyenda, que tendrá parte de realidad y parte de 
invención, pero nos podemos preguntar si, como ocurre en la historia mejor 
documentada ¿no hay una parte de realidad, otra de ficción y otra de 
interpretación? La falta de documentación no debe impedir y menos hacernos iii
renunciar a nuestro conocimiento de este primer gran sabio, filósofo y científico. 

De hecho algunas de las atribuciones que se han asignado a Tales nos hacen 
verlo como una persona sensata, alguien al que todos consultaban por su 
sabiduría y, también, como un científico que supo resolver problemas de cierta 
envergadura técnica. De todo se tratará a continuación, pero también debemos 
resaltar que llega  a una síntesis de gran riesgo, cuando como otros científicos 
y filósofos presocráticos, trata de atribuir al agua ese principio de todas las 
cosas por su importancia para la vida y otros fenómenos de la naturaleza y por 
su capacidad para, de forma natural, presentarse en los tres estados de líquido, 
sólido en forma de hielo o gas en forma de vapor. El agua sería para Tales el 
principio esencial en la naturaleza, que a su vez se relaciona con los restantes 
elementos (aire, tierra y fuego) para transformarlos y con ello ofrecer la 
multiplicidad de estados, combinaciones y mezclas posibles.  
Sobre su sensatez hay un testimonio que se refiere a su recomendación de 
postergar una batalla entre griegos y persas dado que se avecinaba un 
fenómeno singular al iniciarse la confrontación. La insensatez siempre ha sido y 
será la guerra. Cuentan algunos que Tales sabía reconocer el momento en el 
que se podía producir un eclipse de sol. Ese acontecimiento astronómico, que 
probablemente habían conocido antes los astrónomos de las culturas fluviales 
mesopotámicas, el período sinodal entre dos eclipses es de 18 años y 11 días, 
sirvió para que el gran sabio de Mileto consiguiera convencer y atenuar el ardor 
de los combatientes, aunque fuera momentáneamente, sirviéndoles esta tregua 
para reflexionar sobre el terror, la muerte o el sufrimiento, que podían 
desencadenarse. Entre esos dos pueblos vecinos había surgido un 
enfrentamiento por razones económicas. Sus relaciones se habían vuelto 
insostenibles, avivadas por el odio de una revalidad secular entre oriente y 
occidente. Persas y griegos seguirían enfrentándose por el dominio del 
Mediterráneo muchos años después hasta que diferentes batallas acabaron 
con el triunfo griego después del desastre naval persa en Salamina. Tales, 
hombre respetado por todos, con su sensatez y con su audacia de anunciar 
ese día – fue el 28 de mayo del 585 AXto. - en el que la luz palidecería, había 
conseguido posponer un enfrentamiento, que solo traería malas consecuencias 
a ambos pueblos. 
El “teorema de Tales” que todavía conserva su nombre relaciona dos triángulos 
semejantes y servía para algunas aplicaciones notables. Gracias al teorema de 
Tales los navíos de cabotaje podían establecer con precisión su posición ene l 
mar conociendo el ángulo que formaba el triángulo formado por tres rectas que 
se cortaban en el barco, y en dos lugares conocidos, como podían ser dos 
promontorios de la costa cuya distancia también era conocida por el navegante. 
De esa forma conocido el ángulo por el navegante y esa distancia entre dos 
puntos podía averiguar su exacta posición el mar o su distancia a un puerto 
determinado. Este es el mismo sistema que siguieron utilizando hasta nuestros 
días otros navegantes utilizando los faros o los radiofaros. Incluso en la 
actualidad el principio de medida de un G.P.S. es el mismo, pero ya los puntos 
de referencia son satélites muy alejados e invisibles a nuestros ojos. 
Con la aplicación de los mismos principios de relación entre dos triángulos 
semejantes podía calcularse la altura de una montaña o de un edificio iv
colocando un observador en cualquier lugar del que se pudiera estimar su 
longitud a la base del objeto del que se pretendía medir la altura. 
Por último cabe señalar otra leyenda en torno a otro gran éxito de este sabio y 
que tiene que ver con la vida económica. Se cuenta que algunos 
contemporáneos de tales le achacaban su dedicación exclusiva a los 
conocimientos básicos y que no le prestaba mucha atención a los problemas 
cotidianos, por ejemplo se le llegó a sugerir si aplicando su sabiduría no podría 
convertirse en un hombre rico o, al menos, tener algún éxito económico. Al 
parecer Tales no tenía una especial predilección por los negocios, pero para 
demostrar que el conocimiento científico puede ser imprescindible para ello, se 
planteó demostrarlo a sus conciudadanos, sobre todo  aquellos que veían en 
su trabajo sólo futilidad y ninguna aplicación económica. Tales estudió la 
floración del olivo y llegó a la conclusión de que una mejor floración, si las 
restantes variables no se alteraban mucho y no había heladas, significaba una 
buena cosecha de aceituna. Ni corto ni perezoso una vez comprobada una 
excelente floración arrendó todas las almazaras de aceite que pudo antes de 
iniciarse la cosecha y cuando esta llegó las realquiló a mayor precio. Arrendó 
barato y luego vendió a más precio, la regla de oro de cualquier comerciante, lo 
que le permitió obtener grandes ganancias. Todos se asombraron de su astucia 
para los negocios, pero sobre todo de que el saber puede ser una importante 
fuente de riquezas. Tales no continuó con los negocios, ni tampoco hay que 
deducir de esta historia que cualquier científico que se lo proponga puede legar 
a ser rico, pero si es un buen ejemplo de la utilidad del conocimiento, cosa que 
saben todos los buenos empresarios. La ciencia y la técnica, el conocimiento 
es una buena fuente para generar riqueza y los sabios griegos supieron 
apreciar esa relación, que pasado el tiempo se reconoció como ajena a la 
supuesta “pureza” o “independencia” del conocimiento científico. 
Basten estas muestras sobre nuestro científico más antiguo para valorarlo. Por 
tanto sensatez, relación con el tejido productivo, desarrollo de conocimiento 
básico y sus aplicaciones a la navegación o la medida y por último búsqueda 
de principios generales que sirvan para explicar el mundo y desvelar en general 
sus leyes. Señalemos que en ningún momento Tales hace mención de lo 
sobrenatural para explicar los fenómenos de la naturaleza. Además una última 
característica de este sabio, tuvo discípulos a los que enseñó a pensar y a lso 
que estimuló para que siguieran otras nuevas indagaciones y hasta le 
superaran o le criticaran. Este último elemento el de la tradición científica 
también vislumbró que era esencial para dar continuidad a una manera de 
hacer conocimiento científico en un ambiente de tolerancia. Sin tradición y sin 
tolerancia es muy difícil desarrollar la ciencia. 
Discípulo de Tales de Mileto fue Anaximandro de Mileto (610-545 AXto), se 
sabe que escribió una obra titulada Peryphyseos (Sobre la naturaleza), que fue 
leída por Apolonio en el S. II Axto. Luego se debió perder, pues nadie más ha 
dado cuenta de ella. Anaximandro era un científico experimental que efectuó 
numerosas mediciones con un instrumento muy sencillo llamado gnomon, una 
vara que servía para medir las sombras de la salida y la puesta de sol. Con tan 
sencillo instrumento estableció los Solsticios de invierno (la sombra mínima) y 
de verano (la sombra máxima), fenómeno relacionado con la inclinación del sol v
en relación con el Ecuador. Con la misma sencillez definió los Equinoccios
(igual sombra al amanecer que al atardecer). También en este mismo tratado 
definió la Eclíptica o trayectoria del Sol a través de las 12 constelaciones. 
Tal vez estimulado por su maestro llegó  ala conclusión de que el principio 
general sobre el que se construía la naturaleza le llamó apearon, que puede 
tener varios significados: lo intangible, lo indeterminado, lo infinito, lo indefinido 
o lo inexplorado. Quedarse con alguno de estos significados mermaría su 
interés por definir lo que queda oculto a nuestro deseo de explicación. 
Podríamos aventurarnos en considerar que Anaximandro se refería a ese 
secreto que nunca conseguirá el hombre desvelar y que siempre queda oculto 
por mucho que uno se aproxime a entender el universo.   
Par Anaximandro el tiempo era infinito y el espacio ilimitado. Estas 
consideraciones tienen una profundidad de pensamiento insólita para la época 
y no vuelven a plantearse hasta tiempos muy modernos. 
También se le atribuyó su consideración de que los animales fueron en su 
origen acuáticos y cubiertos con una cáscara (phloios) habían podido sobrevivir 
en la tierra. 
Todas las explicaciones de Anaximandro nos muestran una capacidad de 
superar explicaciones banales o de sentido común, para tratar de explorar 
nuevas explicaciones naturales. Esto mismo harían otros presocráticos en el 
siglo VI antes de nuestra era. 
No podemos aquí dejar de citar a Pitágoras de Samos (582-497 AXto.) 
Discípulo de Tales según sus biógrafos (Diógenes Laercio, Porfirio y Jámblico), 
la tradición le atribuye el crear una Secta o Hermandad Pitagórica, en la que se 
exigía a sus adeptos un ascetismo, unas reglas dietéticas (no podían consumir 
carne, pescado, habas, vino y otros productos), debían vestir con tejidos 
sencillos confeccionados con fibras vegetales, no podían llevar calzado y otras 
reglas propias de estos grupos en los que la mayor exigencia era el 
conocimiento de las matemáticas. Según se cuenta Platón, siglos más tardes 
requería a sus alumnos el conocimiento de la Geometría como requisito par 
recibir sus enseñanzas en la Academia de Atenas. Los pitagóricos, según se 
cuenta admitían la transmigración de las almas, la vida como destierro y hasta 
fueron adquiriendo una ideología política, un proceso iniciático para pertenecer 
ala secta y hasta un martiriologio del que el propio Pitágoras fue la primera 
víctima. Toda esta historia puede haber sido inventada por sus enemigos, pero 
algo debió distinguir a Pitágoras y sus seguidores porque Aristóteles en el siglo 
IV antes de nuestra era, es decir, 200 años después todavía escribió que 
Pitágoras “..trabajó primero en Matemáticas y Aritmética y acabó admitiendo la  
milagrería”. Con todo este gran matemático presocrático representa uno de los 
primeros científicos fascinado por los números o las reglas internas de los 
mismos. Para él los números reales podían explicar la naturaleza. Inició el 
análisis de la multiplicidad o de las figuras geométricas. Y llegó a estar 
convencido de que la naturaleza se puede desvelar con los números y sus 
relaciones, al igual que las formas se pueden mensurar con la geometría.